Castor

Ryan tiene su estacion junto a mi, tiene una barba que con empenio y dedicacion podria llegar a la de Marx, y por concidencia de temas que se hablan en dias de trabajo hasta la madre de tediosos como lo fue la ultima semana, me presto un disco de T. S.Mt. Z. M. O. 7 T. B.; la banda con el nombre mas mamon que me ha tocado abreviar. No me chinguen, es casi un pinche codigo.


Silver Mt. Zion, pa' ponerla mas simple, es una banda local de post-rock. El disco se llama Horses in the Sky y esta coqueto, coqueto.

A diferencia de la banda post-rockera de la puerta de a lado, las canciones tienen un enfoque mas especifico a la voz, cosa que me agarro desprevenido ayer que me puse a escuchar las canciones por primera vez, al fin no tuve tiempo suficiente y la primera oida no me basto para agarrarle completa comprension, asi que hoy me avente un par de recorridas mas.

Con esto del enfoque principal a la voz uno podria esperar que al menos fuera una ejecucion suave y a la perfeccion pero todo lo contrario; desde los primeros segundos entrara la voz principal, medio desentonada y hasta desagradable, acompaniada con cuerdas que suben de intensidad conforme se avanza. Poco a poco la primera cancion se convierte en un himo folklorico europeo bastante locochon. Afortunadamente para todos, pronto la voz es apoyada de voces secundarias que le dan armonizacion a lo que parecia perdido en el principio.
Las letras tienen frases sociales y politicas que a mi parecer suenan muy 'estiradas' y se convierten en lo unico que no me convence del todo. Para ser una banda que esta sostenida por voces, tratan demasiado de como se dice en cambodiano 'make a statement'.
Las cuerdas apesar de siempre estar como soporte secundario le dan muchisimo sentimiento de musica de otra epoca y entorno, y al final de cuenta son los elementos que hacen que las canciones tengan cambios como pasajes de una obra de teatro, de putazo todo el ambiente cambia y la voz repetitiva es la que se convierte en el puente entre cada pasaje que emula cada cancion. No es un disco del que puedes esperar mucha intensidad, pero a la verga que puede ser exhaustivo, con crescendos bien realizados y canciones divididas en fragmentos que le dan diversidad a cada melodia.